Comportamiento térmico del SATE
El Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior (SATE) se ha consolidado como una solución eficaz para mejorar el comportamiento térmico de los edificios, tanto en proyectos de nueva construcción como en rehabilitaciones.
Este artículo analiza cómo influye el SATE en el rendimiento térmico de la envolvente de un edificio, aportando datos técnicos y ejemplos concretos que ilustran su eficacia.
Comportamiento térmico del SATE: Principios básicos
El comportamiento térmico del SATE se basa en su capacidad para minimizar la transmitancia térmica, es decir, la transferencia de calor a través de las fachadas de un edificio. Este sistema se compone de paneles aislantes colocados sobre la parte exterior de las paredes, creando una barrera continua que elimina puentes térmicos y mejora la estabilidad de las temperaturas interiores.
La transmitancia térmica, medida en W/m²K, indica la cantidad de energía que se transfiere por metro cuadrado de fachada debido a la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior. En un edificio con una fachada no aislada, esta cifra puede ser significativamente alta, lo que se traduce en una mayor pérdida de calor en invierno y un aumento de la temperatura en el interior de la vivienda en verano. Con el SATE, esta transmitancia puede reducirse hasta un 75%, dependiendo del material aislante y el espesor utilizado.
Datos técnicos del comportamiento térmico del SATE
Reducción de la transmitancia térmica
Un estudio realizado en un edificio de los años 50 en Madrid (Fuente), rehabilitado con SATE, mostró una reducción notable en la transmitancia térmica de la fachada. Originalmente, la fachada tenía una transmitancia de 1,54 W/m²K, lo que la clasificaba como altamente ineficiente según las normativas actuales. Tras la instalación del SATE, la transmitancia se redujo a 0,39 W/m²K, representando una mejora del 75% en el rendimiento térmico.
Esta mejora se debe a la adición de una capa aislante de poliestireno expandido (EPS) con espesores de hasta 8 cm, adaptados a las características de la fachada. Este cambio permitió que las temperaturas interiores fueran menos dependientes de las fluctuaciones térmicas exteriores, manteniendo condiciones de confort con menor gasto energético.
Estabilidad de las temperaturas interiores
El comportamiento térmico del SATE también se traduce en una mayor estabilidad de las temperaturas interiores. En fachadas no aisladas, las temperaturas interiores tienden a seguir la tendencia de las exteriores, lo que provoca oscilaciones significativas en el confort térmico. Por ejemplo, en el periodo de medición recogido en el estudio citado, la fachada no rehabilitada presentó una temperatura media interior de 15,89 ºC, fluctuando de acuerdo con las variaciones exteriores.
Por el contrario, en la fachada rehabilitada con SATE, la temperatura interior se mantuvo estable en torno a 23 ºC, independientemente de las fluctuaciones exteriores. Este efecto se atribuye a la alta resistencia térmica del sistema, que minimiza la transferencia de calor y permite conservar el calor en invierno y bloquearlo en verano.
Eficiencia del SATE según la orientación de la fachada
Orientación norte
En fachadas orientadas al norte, donde la exposición solar es limitada, el SATE demuestra su eficacia al reducir la pérdida de calor hacia el exterior. En el estudio citado, la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior en una fachada no aislada fue de solo 3,6 ºC, mientras que en una fachada rehabilitada con SATE esta diferencia aumentó a 9,7 ºC. Esto significa que el sistema logra mantener el calor interior incluso en condiciones de poca o nula radiación solar.
Orientación sur
En fachadas orientadas al sur, que reciben una mayor radiación solar, el SATE también actúa como una barrera eficaz. La diferencia de temperatura entre el interior y el exterior en la fachada no aislada fue de 2,6 ºC, mientras que en una fachada con SATE alcanzó los 7,9 ºC. Además, el sistema ayuda a moderar el efecto de la radiación solar directa, evitando sobrecalentamientos y manteniendo el confort térmico interior durante el día.
Factores clave que influyen en el comportamiento térmico del SATE
Materiales aislantes y su rendimiento térmico
El tipo de material aislante utilizado en el SATE es determinante para su rendimiento térmico. Los materiales más comunes incluyen:
- EPS (Poliestireno Expandido): Ofrece una buena relación calidad-precio y una baja conductividad térmica (~0,035 W/m·K), ideal para climas moderados.
- Lana mineral: Además de su excelente aislamiento térmico, aporta propiedades acústicas y resistencia al fuego.
- XPS (Poliestireno Extrusionado): Resistente a la humedad, adecuado para climas extremos y zonas expuestas a alta humedad.
Espesor del aislamiento
El espesor del SATE también juega un papel crucial en el comportamiento térmico del sistema. Según las normativas de eficiencia energética, se requieren espesores de entre 6 y 12 cm en función del clima y las características del edificio. Un mayor grosor proporciona una mejor resistencia térmica, pero puede implicar costes y complejidades adicionales en la instalación.
Ventajas técnicas del comportamiento térmico del SATE
Reducción del consumo energético
Gracias a su capacidad para minimizar la transmitancia térmica y estabilizar las temperaturas interiores, el SATE reduce significativamente la demanda de calefacción y refrigeración. Esto se traduce en un ahorro energético considerable, especialmente en edificios ubicados en climas con variaciones térmicas extremas.
Confort térmico mejorado
El SATE garantiza un confort térmico superior al eliminar puntos fríos y reducir las corrientes de aire en el interior del edificio. Esto es especialmente importante en zonas urbanas, donde las temperaturas exteriores pueden fluctuar drásticamente entre el día y la noche.
Conclusión: Un sistema clave para el rendimiento térmico
El comportamiento térmico del SATE lo convierte en una solución esencial para mejorar el rendimiento energético y el confort de los edificios. Los datos técnicos, como la reducción de la transmitancia térmica en un 75% y la estabilización de las temperaturas interiores, demuestran su eficacia en una amplia variedad de condiciones climáticas y tipologías constructivas.
¿Necesitas más información sobre esta solución? En Rhonatherm somos expertos en SATE. Contacta con nosotros y te ayudaremos.